Diario de un GOES del ODER

CAPÍTULO 1: Mi infancia Ensaladillera

Por el Sargento Tony Married

Mi nombre es Tony Married y soy sargento primero de los GOES del ODER aunque debo reconocer que ese no es mi verdadero nombre, con el tiempo ya ni me acuerdo cuál era. Desde el primer momento que uno pertenece a los GOES pierde su identidad y todo su pasado. Con la graduación de la Academia GOES es como si fuera bautizado de nuevo y comenzara una nueva vida, nuestra única razón de existencia es la lucha por proteger a nuestro manjar, así hasta el día que no estemos en el mundo de los vivos, no hay GOES que no sienta orgullo de ser la primera línea de combate del ODER. 

Mi única familia es un chiguagua y un loro que canta por Manolo Escobar, mascotas de mi  regimiento y de todos los que formamos los GOES, no tengo a nadie más, ni padres, hermanos, sobrinos, novia… no existo para el resto del mundo. Una vida conventual en nuestro desconocido cuartel general, veinticuatro horas todo el año siempre a disposición del ODER, “Todo por la Ensaladilla Rusa”.

Desde que tengo uso de razón soy un enamorado de la ensaladilla rusa, mi madre contaba que siendo niño solo abría la boca cuando me daba potitos de ensaladilla rusa, ni con la leche materna. Un día intentando darme el pecho mientras ella degustaba una tapa de ensaladilla en la Cervecería Alicantina de Sevilla se le cayó en el seno una gotita de nuestro manjar, de repente llegó el milagro, me agarré al seno y chupaba con todo mi empeño, siguió cayendo manjar en el seno y no paraba chupar, a partir de ese momento mi madre me lo ponía en forma de bolas de helado en sus pechos, mientras hubiera una gotita de mayonesa no me retiraba del pecho, ahí empezó todo, mi desayuno era ensaladilla rusa, el almuerzo igual y la cena ídem de lo mismo, era imposible alimentarme con otra cosa.  

Con el paso de los años mi amor al manjar fue creciendo y me gustaba de todas formas, con ketchup, aceitunas, maíz, el premiado cebollino, yuca, bocabits, surimis… mi madre siempre me lo servía en forma de bolas como cuando lo ponía en sus pechos, mis amigos y familia me llamaban el “Tonto de la Ensaladilla”, la inocencia de la infancia me tenía ciego ante tanto maltrato al manjar. 

Ya de adolescente, un domingo al mediodía pasé por un gastrobar del centro de la ciudad, la zona estaba acordonada, al preguntar a las personas que estaban allí con cara de terror me comentaron que se había cometido un atentado, en el interior del local se había producido un asesinato al manjar, pude entrar sin alertar a nadie y aquello era inhumano, ketchup en las paredes, surimis por el suelo, saca bolas de helados destrozados, platos de pizarras hechos añicos pero en una mesa al fondo estaba Ella en su soledad, una ensaladilla rusa en forma de bola de helado cubierta de mayonesa de remolacha, le acompañaban dos tomatitos cherrys, brotes de hierbas y mucho cebollino con su premio, daba lástima verla de esa forma. De repente vi a ellos, los GOES del ODER, perecían los Navy Seals de la armada norteamericana, esos que pillaron a Ben Laden, estaban en formación de ataque para acceder a la cocina, en el interior se oían voces amenazantes cuando uno de los GOES se dio cuenta de mi presencia y sin decirme nada me sacó de un plumazo a la calle, en ese momento me quedé paralizado como si hubiera visto una aparición y solo pensaba en una cosa, ser GOES del ODER.

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