Fantasía para Ensaladilla y ausencias

Antonio Sánchez Carrasco

La mañana había sido agotadora. De esos días que llegas al Ángelus fatigado y con el instinto de un psicópata de película americana de serie B.

Entrar en Cruzcampo y ensaladilla del Molina era como ese litio que coloca cada sinapsis de las dendritas neuronales en su sitio.

– ¿Ensala… qué?. No no de eso no tenemos.

Lo miré sorprendido. Para todo ensaladillero de pro la del Molina es de Champions. Esté habrá tenido una mañana como la mía y ahí está con más mala cara que el escaparate de una ortopedia, pensé.

Seguí en esa extraña mañana aproximandome al mediodía y justo me dió para tomarme la siguiente cerveza con mi amigo Santiago en la Bodega Mateo, pegadito a Omnium Santorum, justo donde ponen una ensaladilla de gambas cum laude. El que la regenta es sordomudo y hacía un gesto extraño cuando yo solicitaba mi ensaladilla. La señal de su dedo índice de lado a lado me llevaba al segundo ensaladilla-interruptus del día algo que me tocó el humero por no decir otras partes del cuerpo con H. Lo peor es que mi amigo Santiago también me miraba sorprendido, como si yo estuviera diciendo una barbaridad.

Acabamos en el Bar Taquilla, allí suelo pedir otra tapas más contundentes pero quería saciar mi antojo ensaladillero pero Manolo mi buen tasquero sentenció.

– Ensala…que, eso no lo hemos tenido aquí nunca.

Antonio Sánchez Carrasco en su hábitat natural

De repente noté una extraña sensación de desasosiego, ¿me había despertado ese día en un mundo sin ensaladilla?. ¿Que pediríamos ahora de entrante?. Empecé a marearme, un ruido estridente martilleaba mi cabeza, cada vez con más fuerza, seguí cayendo, cayendo….hasta que abrí los ojos y apagué el despertador, me fui al Twitter y allí estaban, ODER, si ellos existen la ensaladilla también, eso está claro…, bufff un suspiro de alivio resonó en mi cuarto.

La mañana de noviembre estaba fresca y aún el sol no asomaba la cabeza y en estas entré a desayunar en el bar Candelaria, lugar habitual para un gran café y entera enfoscada con sobrasada de El Repilao. Antonio me saludó desde la máquina del café » ¿ Lo de siempre? «. No Tonio, te va a sonar raro, pero ponme un plato de ensaladilla y una cerveza. Antonio que en esta vida ha visto de todo me dijo. «- Yo te la pongo pero viene de la cámara, te van a doler los dientes, y ya me contarás ¿no?. – Una mala noche miarma, una mala noche.

Antonio Sánchez Carrasco
@sultantrianero
Fotógrafo y Especialista en Fogones

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